martes, 22 de diciembre de 2009

HISTORIAS DE NAVIDAD: LA MAGIA DE LA NOCHE


Hola, a todos.
Os traigo otra historia de las mías, que hice hace tiempo.
En ella, quiero reseñar, que si hay algo que pueda parar un enfrentamiento bélico, esa es la Navidad. Ojala un día, el mundo se de cuenta, de que la guerra no es solución, sino el dialogo y la paz.
Espero que os guste. Se llama:

LA MAGIA DE LA NOCHE

“TODO ESTA BIEN
ES LA MAGIA DE LA NOCHE”

(ENYA “THE MAGIC OF THE NIGHT”)

1

Mi mundo está en guerra. Bombas a mi alrededor. Obuses y misiles, son mis compañeros de mí día a día.
Eso, me debería de importar.
Y de hecho me importa, pero…
Asomado a la ventada, un niño, de mi edad, solo piensa en una cosa…
¿Dónde están mis padres?

2

Sí, allí me dijeron que corría peligro. Pero, no podía estar sin ellos.
Y ahora, allí, es aquí.
He vuelto. Estoy en casa.
Entré, por una ventana, por la ventana. Por la misma ventana que usaba, para escaparme a jugar, cuando tenía que estudiar. Se abrirla desde fuera y desde dentro. Y…
Bueno, esperaba encontrar la casa, más o menos como me la encontré, después de aquel bombardeo, que la dejo casi para el arrastre y que seguramente tendremos que arreglar, si es que esta guerra, nos deja.
Pero, es que mis padres no estaban allí.
No había ni rastro de ellos.
Busque en toda la casa, meticulosamente, por si se habían escondido en algún armario.
Nada.
Como última opción, me fui al sótano.

3

Allí, fue donde se me cayó la esperanza y el alma a los pies. Pues, vi a Rortz caído en el suelo.
Me acerqué a él.
Rortz era un viejecito muy simpático. Con una barba muy blanca y algo regordete. Yo me reía de él, diciéndole que se parecía a Papá Noel. Es amigo de mis padres, desde hace mucho.
Cuando me acerqué me di cuenta de que estaba herido- una bala se había alojado en su hombro y perdía sangre muy deprisa.
Cuando me vio me dijo, muy débilmente:
-Josh, ¿qué haces aquí? ¿Cre…creía, que estabas en casa de tu tía Folia.
Ese nombre, me trajo malos recuerdos. Esa mujer horrible, que me había condenado a estar sin cenar en Nochebuena, por que según ella había sido el culpable de la última travesura de sus hijos: soltar a sus pájaros. Claro, quién iba a creerme a mí, estando ellos para ser creídos primero. Por eso, me escapé, de allí. Menos mal, que me pude subir al carro de un granjero, que me creyó, pues conocía a mi tía y n ole caía muy bien. Me dejó en m mi misma ciudad.
-No hables, Rortz. Estás herido- dije. Entonces, me quite las mangas de la camisa e hice un torniquete en el brazo y otro encima del hombro, para parar la hemorragia.- ¿Dónde están mis padres? ¿Qué ha pasado? – le pregunté mientras le ponía mi chaqueta a modo de almohada, para que descansara la cabeza.
Rortz, hizo un esfuerzo por hablar, pues aunque parecía que no era grave, si lo era su perdida de sangre.
-Los soldados vinieron y se los llevaron. Intenté evitarlo y me pegaron un tiro en el hombro. Aquí he estado desde entonces. Tirado, sin que nadie me ayudara.
Me creía morir. Mis padres prisioneros de los soldados. Probablemente estarían ya muertos. Acaricie al viejo y bueno Rortz. Casi pierde la vida, por ellos.
-Descasa, viejo amigo –le dije. Y me di la vuelta, para mirar por la ventana.
Mi mundo envuelto en llamas. En las llamas de la ira, en una terrible hoguera de prepotencia militar, que estaba ahogándonos, a todos poco a poco.
Hoy es 24 diciembre y quisiera saber, dónde se ha ido mi felicidad. Dónde se la han llevado los soldados. Qué han hecho, con ella..
¿Dónde están mis padres?
Entonces, intenté apelar a mi última oportunidad.
No sé, si la gente cree en eso, pero yo si. Siempre lo he hecho.
Y hoy voy a demostrar, por qué
Es hora de escribir dos cartas.

4

No se, si habrá sido buena idea lo que he hecho. Mi paloma Searcher[1], entre tanta guerra, ahí fuera. Pero la misión es clara. Ella vuela y quizás pueda encontrarlos pronto. Aunque hace ya dos horas que use fue. Yo he estado intentando socorrer al bueno de Rortz, como he podido. He limpiado la herida de la bala, con agua oxigenada y le he puesto una venda muy fuerte. Menos, mal, que la bala le ha atravesado y nos esta dentro. Con un poco de su ayuda, he conseguido levantarle del suelo y le he acostado en una cama, para que descansara. En la mina. Donde mis padres tantas veces me han cuidado, cuando estaba enfermo.
Dios mío.
¿Dónde están mis padres?

5

Un ruido, en la puerta, me despierta, me he quedado algo transpuesto. Tengo lágrimas secas en mi cara. Creo, que me he quedado dormido, mientras lloraba.
Por debajo de la puerta, alguien ha pasado una nota.
Me acerco, con precaución. En estos tiempos, no hay que fiarse mucho.
Cojo la nota del suelo y la leo:
“JOSH
SAL
TE ESTAN BUSCANDO"
Mi tía me ha encontrado.
No me puedo ir, y dejar aquí al pobre Rortz.
No me iré con esa mujer tan odiosa.
Pero, algo me hizo abrir la puerta.
Y la abrí.
Y…
El mundo volvió a ser de colores.

6

Mis padres estaban allí y tres figuras se alejaban a los lejos, en camellos y una por el aire en un trineo tirado por renos.
Creo, que ni todo el frío del mundo hubiera conseguido congelar mis lagrimas, por que el amor y la alegría que emanaban, era de una calidez, capaz de derretir cualquier tipo de hielo, frío y heladez.
-¡¡Mamá, papá!!
Creo, que en mi vida me había abrazado tanto a alguien, como lo hice con ellos. Caímos en la nieve. Abrazándonos, con amor.

7

Esa noche, la pasamos en familia. Gracias a mis primeros auxilios y a los cuidados posteriores de mis padres, el bueno de Rortz se curó.
Respecto a lo que pasó, bueno, mis padres solo recuerdan que de pronto, un trineo aterrizó y tres camellos lo acompañaban. Montados en ellos, se hallaban Papá Noel y los tres Reyes Magos. Los soldados se quedaron helados de asombro, incapaces de respirar y todos sus prisioneros, pudieron ser liberados.
Trajeron a casa a todos, como repartiendo los mejores regalos del mundo, a los que sufrían por sus seres queridos.
Yo solo sé, que aun es Nochebuena y que en una hora será Navidad.
Y que ahora, es cuando puedo entender y disfrutar, algo que no podría de otra forma:
La Magia de la Noche.

[1] BUSCADORA

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